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FRANCISCO ISIDORO RESQUÍN (+)

  DEL ASALTO AL FUERTE DE COIMBRA HASTA LA DESOCUPACIÓN DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES - General FRANCISCO I. RESQUÍN


DEL ASALTO AL FUERTE DE COIMBRA HASTA LA DESOCUPACIÓN DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES - General FRANCISCO I. RESQUÍN

General FRANCISCO I. RESQUÍN (*)

ASALTO AL FUERTE DE COIMBRA

 

 

El 26 de Diciembre de 1864, el coronel don Vicente Barrios mandó ocupar las posiciones más convenientes, para sus operaciones, sobre el fuerte de Coimbra, primera fortificación brasileña sobre el Alto Paraguay, abajo de la desembocadura del río Mbotetey.

Al siguiente día, el mismo coronel dirigió un parlamento al comandante de aquel fuerte, intimándole la desocupación, al cual contestó el coronel Porto Carrero, jefe del fuerte, negándose a cumplir la orden.

Entonces el coronel Barrios mandó hacer fuego, que fue contestado inmediatamente, sufriendo los brasileños muchos perjuicios producidos por las cañoneras paraguayas, artilladas con piezas de a 68.

El sargento mayor González se ocupaba a la vez en la apertura de varias picadas, a retaguardia del fuerte, para colocar en batería su artillería ligera, que debía apoyar el asalto sobre el murallón del fuerte brasileño.

El 28 del mismo mes, dicho mayor González dio principio al asalto, logrando treparse con sus valientes tropas de infantería sobre aquel muro trabajado con todas las precauciones de la guerra.

Sin embargo, las fuerzas paraguayas fueron rechazadas a las seis de la tarde, por los defensores del fuerte, y merced a un vapor de guerra que estos tenían arriba del fuerte, cuyos fuegos perjudicaban mucho al asalto.

En la misma noche del 28 de Diciembre y aprovechando la obscuridad, los brasileños abandonaron el fuerte, y fugaron en el vapor de que disponían.

En vista de esto, el coronel Barrios mandó guarecer aquel punto con fuerzas de su comando, y luego siguió sus operaciones sobre Alburquerque y Corumbí, cuyos puntos también halló abandonados, por haberse refugiado sus respectivas guarniciones en la provincia de Matto Grosso.

El 8 de Enero de 1865, los vapores paraguayos, en sus exploraciones del río San Lorenzo, logran apresar al vapor brasileño Añamay, con su tripulación, el cual fué conducido a Corumbá.

En este estado quedaba el territorio paraguayo de la derecha del río Apa, cuestionado por el Brasil.

 

 

OCUPACIÓN DE CORRIENTES

 

El 13 de Abril de 1865, el gobierno del Paraguay, continuando sus operaciones contra la triple alianza, mandó ocupar la ciudad de Corrientes, por una división de veinte y dos mil hombres de las tres armas, cinco vapores con tropas de desembarque al mando del brigadier general don Wenceslao Robles, quien tenía instrucciones de unirse con la división del comandante Estigarribia, que había marchado de Villa Encarnación, frontera Sur de la República, con diez mil hombres, también de las tres armas, en operaciones sobre las primeras poblaciones brasileñas de la izquierda del río Uruguay, dedicando repasar este río por el mejor paso, para replegarse a la división del general Robles y llevar adelante la campaña.

Al aproximarse al pueblo de Corrientes los buques paraguayos, fueron cañoneados por los vapores argentinos Gualeguay y 25 de Mayo; pero al momento contestaron aquellos el fuego, obligando a éstos a retirarse en fuga, y apresándolos a corta distancia, los condujeron de nuevo al mismo puerto.

La ciudad de Corrientes se hallaba abandonada por su gobernador Lagraña, y su guarnición se había puesto en marcha, para incorporarse a las fuerzas del general Mitre.

El general Robles se hizo cargo de varias notas oficiales dirigidas por el presidente argentino general Mitre, al gobernador de Corrientes Lagraña, en las que le ordenaba que estando destinada a la ciudad de Corrientes, para servir de base "de las operaciones de los ejércitos de la triple alianza, contra el tirano del Paraguay, que para este fin se contrataran las mejores casas dentro de la ciudad, para hospitales de sangre; que se hiciesen contratos con los hacendados de la provincia, para compras de caballos y ganado vacuno, a cuyo efecto le enviaría en primera ocasión el dinero necesario".

Dejando en la ciudad de Corrientes una guarnición de mil hombres, con cuatro piezas de artillería ligera, al mando del sargento mayor Martínez, el 18 de Abril de 1865 marchó el general Robles con la división del Sud, al frente de veinte y un mil hombres de las tres armas, a "buscar de paso la incorporación de la división del comandante Estigarribia, para llevar sus operaciones sobre Concordia.

 

 

CONTRAMARCHA DEL GENERAL ROBLES CON LA DIVISION DEL SUD

 

El 18 de Junio de 1865 recibió el general Robles una orden del mariscal López, para contramarchar con la división de su comando a tomar campamento por las cercanías de la capilla del Empedrado, y esperar allí nueva instrucción de operaciones sobre los ejércitos de la triple alianza.

 

 

 

COMBATE EN EL PUERTO DE LA CIUDAD DE CORRIENTES

 

 

El 25 de Mayo de 1865, el general Paunero, con seis vapores de la escuadra aliada, conduciendo a bordo tres mil hombres de desembarque, que se hallaban de estación en el puerto de Rincón de Soto, cerca de Goya, en la provincia de Corrientes, al tener noticia del movimiento del general Robles, aprovechó la oportunidad, y se lanzó con toda su fuerza sobre la pequeña guarnición de Corrientes, trabando reñido combate con las fuerzas paraguayas que en ella se encontraban.

A pesar de la pericia y del valor del mayor Martínez, jefe de ésta, no pudieron resistir el empuje de una fuerza tan superior, y tuvieron que retirarse sobre el puerto de Corrales, dejando aquella ciudad cubierta de cadáveres.

El mayor Martínez tuvo en esta acción una pérdida de ochenta y dos muertos y una pieza de artillería, y las pérdidas del enemigo no se pueden calcular con exactitud aunque se calculaba en más de doscientas.

En cuanto se efectuó la retirada, el general Paunero también abandonó la ciudad de Corrientes, después de que sus tropas la saquearon; así fue que el mayor Martínez volvió a ocuparla nuevamente con su ejército.

 

 

COMBATE NAVAL EN FRENTE DEL RIACHUELO

 

El 11 de Junio de 1865 remontaron el río Paraná diez vapores de guerra con seis transportes de la escuadra de la triple alianza, estacionándose frente a la desembocadura del Riachuelo, situado abajo de la ciudad de Corrientes; con el fin de establecer el bloqueo de posiciones paraguayas.

La escuadra paraguaya, compuesta de ocho vapores de guerra y cuatro lanchas cañoneras, la cual se hallaba fondeada en las Tres Bocas, al mando del capitán de navío y comandante en jefe don Pedro Ignacio Meza, éste recibió orden del general en jefe de los ejércitos del Paraguay mariscal don Francisco Solano.

Cumpliendo dicha orden el general Robles contramarchó desde el paso Batel, territorio argentino, dejando despejados los campos que había recorrido, y que antes se encontraban invadidos por fuerzas de aquella provincia, al mando de los generales Cáceres y Hornos, empeñados en retirar las caballadas de las estancias de aquellas comarcas.

Cuando el general Robles iba en marcha, tanto en Bella Vista, como en San Roque y en Goya recibió del enemigo varias cartas de invitación para plegarse con sus fuerzas a los ejércitos aliados, proponiéndole combatir al tirano del Paraguay y una vez derrocado su gobierno él sería el presidente de la República.

Dichas cartas fueron dirigidas al general Robles por don Fernando Iturburu, uno de los jefes del comité revolucionario que en Buenos Aires se había organizado.

A medida que el general Robles iba recibiendo dichas cartas, las enviaba al mariscal López, y tales cartas fueron las que motivaron la orden de contramarcha, haciendo fracasar las combinaciones sobre Concordia, y ocasionando la pérdida de la división del comandante Estigarribia, pues la presencia de las fuerzas del general Robles habrían salvado aquella división de las tramas de la Uruguayana, antes de haberse metido allí los ejércitos de la triple alianza.

Estando en su nuevo campamento el general Robles, agravó las sospechas que hicieron despertar aquellas comunicaciones, el hecho de haber tirado al suelo una condecoración de la Orden Nacional del Mérito con que fué agraciado por el gobierno del Paraguay, cuando llegó a la capilla del Empedrado, diciendo que él no merecía aquella distinción, porque no tenía ganada ninguna acción, y más bien el gobierno debía atender a los méritos de su hermano, el teniente de marina Ezequiel Robles, sacrificado en el combate naval del Riachuelo. Aquel hecho fué presenciado y esas palabras escuchadas por algunos jefes y oficiales de su estado mayor López, para atacar con toda la escuadra nacional a la de la triple alianza, estacionada frente al Riachuelo.

El teniente coronel de artillería ligera (después general) don José María Bruguez, de acuerdo con el comandante en jefe de la escuadra nacional, ocupó en la noche del 10 de Junio del citado año las barranqueras del riachuelo sobre el río Paraná con tres mil hombres y treinta piezas de artillería ligera, para apoyar el movimiento de la escuadra paraguaya, en operaciones sobre el de la triple alianza.

Hallándose en esta disposición las fuerzas paraguayas, se determinó que a las ocho de la mañana del día 11 de dicho mes de Junio marchara la escuadra paraguaya aguas abajo sobre la escuadra enemiga, que se hallaba frente al Riachuelo, y así se hizo el mismo día 11, a donde se trabaron en reñidísimo combate de parte a parte, el cual duró más de ocho horas.

Durante la lucha se abordaron a dos de los vapores enemigos: el vapor "Yaquitinena", varado por el enemigo al frente de las baterías del comandante Bruguez, y destrozado con su tribulación; el vapor enemigo "Paranaiba", inutilizado y abandonado por su tripulación, y conducido después a remolque por dos de los vapores de la escuadra enemiga.

Las pérdidas que tuvo la escuadra del Paraguay son considerables; consisten en tres vapores a pique, y de cuya tripulación apenas salvaron algunos; cuatro lanchas cañoneras abandonadas por sus remolques, por la cual circunstancia los enemigos se apoderaron de ellas, lamentando además la pérdida del comandante en jefe de la escuadra paraguaya, don Pedro Ignacio Meza, que gravemente herido en el combate, fue conducido al campamento de Humaitá, donde falleció a consecuencia de las heridas el 28 de Junio, después de diecisiete días del combate.

Las baterías colocadas convenientemente por el comandante Bruguez hicieron mucho daño al enemigo en la acción naval de este día, sin haber sufrido ningún daño en el personal de las fuerzas de su mando y menos en sus baterías.

 

 

COMBATE EN EL ESTRECHO DE MERCEDES

 

El 18 de Junio de 1865, el comandante de artillería don José María Bruguez recibió orden del general en jefe de los ejércitos de la República del Paraguay para que levantara las baterías del Riachuelo y ocupar con ellas la barranquera del paso de Mercedes, sobre el río Paraná, situado abajo del Riachuelo, situando allí todas las fuerzas de su mando, con el fin de cortar las comunicaciones de la escuadra enemiga, fondeada frente a la desembocadura del Riachuelo.

En cumplimiento de la orden impartida por el general en jefe, el comandante Bruguez, el 19 del mencionado mes de Junio, tenía ocupada la barranquera de Mercedes y colocadas en batería treinta piezas de artillería; al siguiente día, 20 de Junio, como a las nueve de la mañana, la escuadra de la triple alianza forzó el paso de Mercedes bajo los fuegos de la artillería del comandante Bruguez; los buques de la escuadra enemiga marchaban a todo vapor y sin hacer ni un disparo de cañón.

Las piezas de artillería del comandante Bruguez ocasionaron bastantes averías en algunos de los vapores de la triple alianza, que apenas pudieron llevar a remolque después de haberse alejado de las baterías, favorecidos por la correntada del río Paraná. Al pasar por debajo de las baterías se oyeron gritos de desesperación y lamentos que salían de los labios de la tripulación de la escuadra enemiga.

 

 

CAPÍTULO IV 

LLAMAMIENTO DEL CORONEL RESQUIN COMANDANTE DE LA DIVISION DEL NORTE

 

En medio del desarrollo de los sucesos referidos fue llamado por el gobierno del mariscal López el coronel de caballería don Francisco Isidoro Resquín, que ocupaba el puesto de comandante de la Villa de Miranda, situada en la frontera Norte de la República; es la nota de llamamiento, fechada el 9 de Junio de 1865, se le manifestaba al Coronel Resquín, que su remoción era a fin de que bajara a ocupar su puesto en el ejército nacional, indicándole al propio tiempo llenara él mismo su vacante con el nombramiento del sargento mayor de la misma arma, don Martín Urbieta, comandante militar de la comarca de la Villa de Miranda.

El 22 de Junio de 1865, el coronel Resquín, cumpliendo lo ordenado por su superior, se presentó en el campamento de Humaitá al presidente de la República, don Francisco Solano López, el cual tuvo la confianza de informarle del mal estado en que se hallaban las operaciones del Sur tanto del general Nobles como del comandante Estigarribia, y manifestarle la posición de este último, que se hallaba encerrado en la Villa de la Uruguayana, territorio brasileño, y lo peor del caso era de que no había probabilidad de salvarse si no se les remitía una protección de fuerzas respetables; pero que no había tiempo para ello.

El 24 de Junio del 65, el coronel Resquín, provisto brigadier general de los ejércitos de la República, y 2° comandante de la división del Sur y jefe especial de la caballería de dichas fuerzas, gobernaba por el general Robles, a quien se presentó el general Resquín con sus diplomas, siendo ésta bien recibida y colmado con las mejores atenciones, y por consiguiente reconocido inmediatamente en tal carácter en la división del sur.

 

 

DESTITUCIÓN DEL GENERAL ROBLES, DEL MANDO DE LA DIVISIÓN DEL SUR

 

El Ministro de Guerra y Marina, brigadier general don Vicente Barrios, se constituyó al campamento del general Robles el 24 de Julio del año 1865, con el objeto de notificarle el decreto de su destitución del mando de la división del Sur, por deliberación del gobierno de la República, para responder a los cargos que existían contra él, quedando al mando inmediato de la división el general Resquín, provisto comandante de dichas fuerzas.

El Ministro de Guerra y Marina después de haber notificado el citado decreto al general D. Wenceslao Robles le condujo al campamento de Humaitá donde fue procesado por los motivos ya indicados, y cuyos resultados lo llevaron al patíbulo poco tiempo después.

 

 

MOVIMIENTO DE LA DIVISION DEL SUR

 

El 24 de Julio de 1865 recibió orden el general Resquín, para mover su campamento del Empedrado, y ocupar la derecha del río Santa Lucía, desde la capilla de San Roque, esperando en dicho punto nuevas órdenes.

El día anterior, o sea el 23, había hecho marchar una fuerza de tres mil hombres, al mando del sargento mayor de Infantería, D. José Días, y del de caballería, D. Avelino Cabral, con prevención de atacar por sorpresa a las fuerzas correntinas acampadas en la rinconada de la izquierda del arroyo Ambrosio, al mando del general Cáceres, como así lo hicieron, poniendo a estas fuerzas en dispersión y obligándolas a retirarse a la otra parte de Batel.

Al mismo tiempo, el comandante de artillería, don José María Bruguez, marchó a ocupar la posición de las Cuevas, abajo de la capilla de Bella Vista, sobre la barranca del río Paraná y colocando en batería toda su artillería contra la escuadra aliada, que se hallaba estacionada más abajo del paso Mercedes.

 

 

 

COMBATE EN EL PASO DE LAS CUEVAS

 

 

El 12 de Agosto del año 65, viéndose la escuadra aliada sin comunicación, pues la cortaban las baterías del comandante Bruguez, reforzadas con tres baterías más de la división del Sud, resolvió a forzar el paso de las Cuevas.

 En efecto, como a las ocho de la mañana empezaron los buques a desfilar, uno a uno, bajo los fuegos de nuestros cañones.

Tantas pérdidas sufrió la escuadra, y tantos perjuicios sufrió, que tuvo que permanecer reparando sus averías en el puerto de Goya hasta el mes de Octubre, después de haber enterrado muchos muertos en el mismo punto.

El 15 de Agosto, la división del Sud acampada en Quevedo, a la costa del río Santa Lucía, recibió un refuerzo de cinco mil hombres de infantería y caballería, con elementos de movilidad y material de guerra, a fin de organizar un ejército de cuarenta mil combatientes de las tres armas, según se había resuelto en consejo de fecha 6 del mismo mes de Agosto.

 

 

EN URUGUAYANA

 

El 6 de Junio de 1865, el teniente coronel D. Juan de la Cruz Estigarribia marchó del campamento de San Carlos, territorio paraguayo a la izquierda del río Paraná, al frente de ocho mil hombres de las tres armas, en operaciones sobre la izquierda del río Uruguay, territorio brasileño de Río Grande del Sud, de acuerdo con el sargento mayor de artillería, D. Pedro Duarte, que mandaba un ejército de dos mil hombres de las tres armas, con prevención de seguir éste la marcha por la derecha del Uruguay, territorio correntino, para apoyar las comunicaciones de aquel, mientras no pudiera vadear el Uruguay.

El 10 del mismo mes, el comandante Estigarribia hizo la travesía con su división, frente a la villa de San Borja, primer pueblo brasileño que encontró, y cuya guarnición quiso disputar el paso con guerrillas, que al momento fueron arrolladas, dejando abandonada la villa.

 

 

COMBATE EN EL MBUTUY

 

El 26 de Julio del año dicho, el comandante Estigarribia, después de haber demorado en San Borja más de lo que debía, con arreglo a las instrucciones que le fueron dadas, marchó sobre Uruguayana, llevando de vanguardia a una avanzada de mil hombres de infantería y de caballería, al mando de los capitanes López y Berdoy, los cuales, al llegar al paso del arroyo Mbutuy se encontraron con una fuerza superior de los brasileños, a las órdenes del general Canabarro, y dispuesto a defender aquel paso.

Los capitanes López y Berdoy no se intimidaron, a pesar de haber notado desde el primer momento la superioridad de las fuerzas contrarias, y se decidieron a entrar en acción.

Cuatro horas duró la batalla, fue reñidísima, dando por resultado que después de haber producido el desbande de las tropas brasileñas, pasaran aquellos bravos capitanes el Mbutuy entre cadáveres de enemigos.

 

 

CONTINUACION DE LA MARCHA

 

 El 5 de Agosto, y mediante aquel memorable suceso de armas, la división del comandante Estigarribia siguió directamente a Uruguayana sin hacer caso aquel jefe de los avisos que recibía, referentes al número grande de fuerzas contra quienes tendría que combatir.

Al contrario, a medida que recibía informaciones en ese sentido, se apresuraba más por llegar, así fue que apenas se demoró en Itaquí, pues quería llegar cuanto antes a Uruguayana, en donde mandó, en cuanto llegó, hacer trincheras y construir chatas, dando con esto tiempo a la reunión de los ejércitos de la triple alianza, sobre aquel punto.

El 10 del citado mes de Agosto, el mayor Duarte hizo decir al comandante Estigarribia, que varios amigos del Paraguay, llegados de Concordia, le habían informado que el general Flores venía con una fuerza mayor sobre las suyas, y que, como medida de precaución, necesitaba un refuerzo, para resistir el ataque del enemigo; agregando, que a su entender, era llegado el momento de repasar el Uruguay, antes de un conflicto que pudiese sobrevenir, demorando más tiempo.

A esta indicación del mayor Duarte, el comandante Estigarribia contestó, haciéndole decir, que si el sargento mayor Duarte tenía miedo al general Flores, que se lo comunicase, para enviar inmediatamente su relevo.

 

 

COMBATE EN YATAHI

 

Ante una contestación tan severa y destemplada, el mayor Duarte, como hombre de honor, esperó a pie firme al enemigo, dispuesto a vencer o morir.

El 17 de Agosto, el general Flores, al frente de cinco mil hombres, atacó la columna de dos mil que mandaba el mayor Duarte.

Cinco horas duró la lucha, que fue de exterminio, y al cabo de las cuales, cuando el mayor Duarte no tenía más que un puñado de valientes, cayó prisionero con ellos.

 

 

LA PERDICIÓN DEL COMANDANTE ESTIGARRIBIA CON LA DIVISIÓN DE SU MANDO

 

El 11 de Setiembre de 1865, el ejército aliado apretó el sitio de los encerrados en Uruguayana, y notificó al comandante Estigarribia su rendición, con todas las fuerzas de su mando.

Excusado es decir que los aliados obtuvieron una enérgica negativa de aquel jefe, que desde aquel momento preparó su ejército para la defensa.

Al siguiente día volvió a intimársele la rendición proponiéndosele a la vez innumerables ventajas, antes de un derramamiento de sangre que sería estéril ante el poder de los aliados.

Esta propuesta fue dirigida al comandante Estigarribia por conducto de Juan Francisco Decoud, uno de los jefes del comité revolucionario que como hemos dicho funcionaba en la ciudad de Buenos Aires por algunos paraguayos que se pronunciaron contra el gobierno de su patria a favor de los intereses de la triple alianza.

El comandante Estigarribia pidió entonces dos días de plazo para contestar, y concluyó por ceder, que es lo que siempre sucede al que empieza por escuchar, en cuestiones de honor.

Por eso el 18 de Setiembre de 1865, aquel mal inspirado comandante prefirió el deshonor de las armas de su patria, de su propia persona y el de sus conciudadanos, rindiéndose a discreción sin disparar un solo tiro, mandando poner las armas en pabellón arrollando las banderas que el Paraguay le había entregado para defenderlas.

Más aún: el cobarde Estigarribia mandó desfilar sin armas a todas las tropas de su división, fuera de sus trincheras, tropas que con lágrimas en los ojos, tuvieron que pasar a donde les esperaba el enemigo, siendo repartidos por iguales partes entre los tres ejércitos, y correspondiéndole a Estigarribia el imperial.

Los gobiernos oriental y argentino, con promesas de libertad hicieron servir a los rendidos en Uruguayana, formando legiones en los cuerpos de infantería y de caballería, y a los que no quisieron servir, los internaron en sus respectivos países, abandonándolos a sus propias fuerzas.

El gobierno del Brasil, lejos de imitar la conducta de sus aliados, hizo llevar a los rendidos a Río de Janeiro, los sostuvo con sueldos de prisioneros, reconociéndolos en sus respectivos grados, y concluida la guerra fueron todos conducidos en buques de la armada, y entregados al gobierno paraguayo. Los hijos de la nación paraguaya que les tocó la suerte de caer prisioneros bajo la bandera del Brasil nunca olvidarán la generosa y benévola atención del pueblo brasileño.

 

 

LA DESOCUPACIÓN DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES POR LAS FUERZAS DEL PARAGUAY

 

Efecto del grave acontecimiento que tuvo lugar en Uruguayana, el gobierno de Paraguay dispuso por decreto de fecha 3 de Octubre, que el general en jefe de la división del Sud evacuase por completo el territorio correntino, contramarchando con todas sus fuerzas a repasar el río Parara en el puerto de Corrales, y tomar campamento en el Paso de la Patria, orden que cumplió el general Resquín, levantando su campamento de Santa Lucía, las baterías establecidas por el comandante Bruguez en las Cuevas y la guarnición de la ciudad de Corrientes.

El 30 de Octubre concluyó dicho general el pasaje de los 27.000 hombres a sus órdenes, así como también el de toda la artillería, a la vista de la escuadra aliada que aprovechó este movimiento, para volver a remontar el Paraná, pues hasta entonces había permanecido estacionada bajo de las Cuevas. En cuanto la división del general Resquín estuvo acampada, el mariscal López le pasó revista, y la mandó agregar al ejército, quedando el general en jefe de ella a las órdenes inmediatas del mariscal, hasta la terminación de la guerra.

 

(*)           General Francisco Isidoro Resquín (Asunción 1823-1882 San Pedro). "El autor de estos apuntes fue actor principal en la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay. Al estallar la guerra con el imperio de Brasil era ya coronel y uno de los jefes más prestigiosos del ejército. Después del desastre de Uruguayana, recibió orden de evacuar el territorio enemigo. El 3 de octubre de 1865 inició la contra marcha haciéndolo con todo orden y con la vista de la escuadra enemiga hizo el pasaje del Paraná, acampando en Paso de Patria (27.000 hombres de las tres armas). La "mentalidad del vencido" no reza con él. El mérito de estos apuntes históricos, es que Resquín es en ellos el Paraguay activo, el Paraguay insobornable, el Paraguay orgulloso de su pasado". (J. O'Leary). Una selección de los "Datos Históricos de la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza" no podía estar ausente en la publicación.

 

Fuente:

TESTIMONIOS DE LA GUERRA GRANDE

y MUERTE DEL MARISCAL LÓPEZ - TOMO I

Recopilación, Introducción y Notas de Julio César Frutos

Colección IMAGINACIÓN Y MEMORIAS DEL PARAGUAY

Dirigida por: RUBÉN BAREIRO SAGUIER y CARLOS VILLAGRA MARSAL

Edición especial de SERVILIBRO para ABC COLOR

Asunción-Paraguay 2007 (107 páginas)

 

 

 

 

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