NI PESIMISMO NI OPTIMISMO, SINO PRUDENCIA

Por ALBERTO ACOSTA GARBARINO

En un momento como este en que la situación económica internacional está cambiando de ser extremadamente favorable para el Paraguay a ser mucho menos positiva, es natural que existan diversas opiniones, que van desde un  pesimismo paralizante hasta un optimismo irresponsable.

Los pesimistas dicen que los precios de nuestros productos agrícolas de exportación van a seguir cayendo debido a la frenada de la economía china; que el dólar va a seguir fortaleciéndose por la recuperación económica de los Estados Unidos y que la crisis del Brasil será mucho más larga y profunda que lo previsto inicialmente.

Los pesimistas ante este posible escenario de menores ventas para las empresas, mayor desempleo para las personas y menores ingresos para el Estado, están decidiendo congelar todas sus inversiones.

Este congelamiento puede generar una "profecía autocumplida", porque si todos paramos de invertir por temor a la crisis, la misma se agravará.

Por su parte, los optimistas dicen que esta crisis es una oportunidad y que le encuentra al Paraguay en un momento excepcional, con altas reservas internacionales, con un aún bajo endeudamiento y con un amplio acceso al financiamiento internacional por medio de la emisión de bonos soberanos.

Los optimistas ven que este es el momento en que "tenemos que poner toda la carne al asador"; al Ministerio de Hacienda le piden que incremente agresivamente el déficit fiscal y que lo financie con endeudamiento externo, y al Banco Central le piden que reduzca abruptamente las tasas de interés, para incrementar el crédito.

Piensan que con estas medidas va a compensarse la menor demanda externa, lo que hará que las ventas de las empresas no caigan, el empleo se mantenga y las inversiones continúen.

Ellos no se dan cuenta de que el Paraguay es demasiado pequeño para que con medidas anticíclicas pueda compensar los fuertes shocks mundiales y regionales que estamos recibiendo.

Ellos deberían saber que los países que "han puesto toda la carne al asador", terminaron con un endeudamiento descontrolado, con pérdidas progresivas de sus reservas internacionales, con mayor inflación y, sobre todo, con la pérdida de la confianza y la credibilidad, que son la base de la inversión nacional o internacional.

Evidentemente entre estos dos extremos de pesimismo y optimismo, los paraguayos tenemos que encontrar el "justo medio". Esta es una expresión de Aristóteles, quien decía que en casi todas las cosas de la vida uno tiene que encontrar equilibrio entre los extremos.

Uno debe evitar ser una persona cobarde que no se anima a nada, pero tampoco debe ser un temerario, que asume riesgos sin tener en cuenta sus fuerzas o sus conocimientos.

Para encontrar el "justo medio", necesitamos de la prudencia, que en el fondo es el uso de la razón para evaluar los riesgos que vamos a enfrentar y las capacidades que tenemos para ello.

Este es un momento en que las personas, las empresas y el Estado tenemos que actuar con prudencia, reduciendo los gastos superfluos para poder ahorrar más, pero invirtiendo mejor dicho ahorro.

En el caso del Estado que ha sido un gran despilfarrador en la época de bonanza, este nuevo escenario le exige un cambio de rumbo, donde debe contener el incremento de los gastos corrientes, especialmente los salarios, de manera a utilizar sus escasos recursos en la inversión social y en la infraestructura.

Es cierto que existe margen para realizar alguna prudente política anticíclica, que será siempre aquella que se encuadre dentro de los límites que nosotros mismos nos impusimos en la Ley de Responsabilidad Fiscal.

El Presupuesto General de Gastos de la Nación para el año 2016, presentado al Congreso para su aprobación, cumple todos estos requisitos: es anticíclico, limita el crecimiento de los gastos corrientes, incrementa la inversión y tiene un prudente déficit fiscal dentro de los límites de la ley.

Ahora la sociedad espera la responsabilidad de los políticos para aprobarla.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

www.ultimahora.com

Sección OPINIÓN

Domingo, 13 de Septiembre de 2015

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