LAS PALABRAS MALDITAS

Por ALBERTO ACOSTA GARBARINO

El gobierno del presidente Cartes ha cumplido dos años de vida y todos los medios de comunicación han dedicado grandes espacios para hacer un balance de su gestión.

Para mí, en el aspecto positivo brilla con gran destaque la promulgación de la Ley Nº 5282/14 "De Libre Acceso Ciudadano a la Información Pública y Transparencia Gubernamental" que obliga a las instituciones del Estado y a los funcionarios a divulgar cualquier información solicitada por los ciudadanos, como ser salarios, contratos, viajes, etc.

Pero aún más importante que la ley ha sido la actitud del presidente Cartes de exigir a todas las instituciones del Estado –incluidas las binacionales– la absoluta apertura de su información.

Esta ley y, sobre todo, esta actitud decidida del presidente, han permitido que la sociedad paraguaya pudiera constatar el despilfarro del dinero público que existe en casi todas las instituciones del Estado, así como la necesidad de realizar reformas a dicho Estado.

Hoy tenemos más de 260.000 empleados públicos, de los cuales cerca de 100.000 ingresaron en la última década; el presupuesto de gastos de la nación que era de 6,2 billones de guaraníes en el 2003 va a cerrar este año 2015 con un gasto cercano a los 29,8 billones de guaraníes, un crecimiento de más del 380 por ciento.

Lo peor de todo es que gran parte de los mismos son gastos corrientes, en su mayoría pago de salarios, a una burocracia cada vez más creciente.

Esta fiesta de derroche fue posible financiar gracias a la también fiesta que vivimos los países de América del Sur, con el dólar barato y abundante, y con los precios de nuestros commodities por las nubes.

Pero esta fiesta se ha terminado y vamos a tener que volver a nuestra realidad, donde tendremos que cuidar cada centavo y donde nuestro crecimiento futuro dependerá de nuestro trabajo y de nuestra inteligencia.

En este nuevo escenario, necesitaremos de un sector privado eficiente y competitivo y de un Estado que cree las condiciones para la inversión privada y brinde servicios públicos de calidad. Nada de esto va a ser posible si no hacemos una profunda reforma del actual Estado paraguayo.

Este término "reforma" fue muy utilizado por los gobiernos de derecha durante la década de los noventa en América Latina, pero desde el inicio del siglo XXI, con la llegada de gobiernos populistas a varios países de la región, esta palabra se convirtió en maldita.

Al igual que "reforma", otras palabras como "ajuste", "privatizaciones", y "achicamiento", se han convertido en malditas y hoy casi ningún político se anima a pronunciarlas.

El caso más patético lo estamos viendo en la Argentina, que se encuentra en medio de una grave crisis con estancamiento e inflación. Pero ningún candidato habla ni de crisis ni de inflación, porque eso le llevaría a pronunciar las palabras malditas "ajuste", "achicamiento del gasto" o "incremento de impuestos" y en el reino populista, estas son palabras malditas... porque son impopulares.

Para el Paraguay los próximos años van a ser complicados desde el punto de vista económico y para poder enfrentarlos vamos a necesitar de un Estado diferente al actual.

Y eso debe llevarnos a debatir cuál es la "reforma" que exige nuestro Estado, en cuyo proceso indefectiblemente surgirán sectores que deben ser "achicados" y sectores que deben ser "ampliados".

Algunas actividades del Estado deben ser "privatizadas o concesionadas" y ciertas inversiones deben ser hechas bajo la figura de las "alianzas público-privadas". El sector privado –especialmente el agrícola y el ganadero– debe "pagar más impuestos", especialmente, el inmobiliario.

Ojalá esas palabras que puse entre comillas dejen de ser malditas y no solamente podamos pronunciarlas, sino que podamos darles el contenido adecuado, como producto de un amplio debate y consenso en nuestra sociedad.

Para eso, tenemos que dejar de demonizarlas. Para eso deben dejar de ser palabras de la derecha o de la izquierda.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

www.ultimahora.com

Sección OPINIÓN

Domingo, 23 de Agosto de 2015

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